Quiero a mi mami. Perdí a mi mamá.
Toda mamá es irremplazable. Mi madre es Aída, una gran
mujer que tuvo el coraje de criar a un hijo bastante belicoso. A sus 72 años,
tiene un poder único, irradia amor, fuerza, tesón, lucha y es admirable.
Temo perderla, porque la vida es así. Dicen que hay que
estar en la piel, de quienes pierden al ser más querido de La Tierra. Conozco a
una mamá que se tuvo que ir muy pronto, porque Dios y el destino creyeron que
era su momento.
Quedamos para sufrir, si somos niños es dolorosa su
ausencia. Cuando se es huérfano de mamá, brotan las más tristes lágrimas.
“Quiero a mi mami” me dice, tantas veces la oí. No
hay consuelo. No hay forma de explicar que la ausencia de una madre te marca de
por vida.
Recordar a la mamá cada día de tu existencia. Acuérdate
de sus consejos. Agradece todo lo que nos da o nos dio.
Para todas las mamás: quiero a mi mami. Perdí a mi
mamá.
Una carta al cielo
Lucha Reyes
Se parece a mi mamá
Palito Ortega